Con su segundo largometraje, Beetlejuice, el súper fantasma, Tim Burton comenzó a pulir cada vez más su característico estilo visual, que hoy conocemos a la perfección. También vemos su predilección por lo macabro y lo sobrenatural, pero presentado de forma cómica y excéntrica. Más que nada, esta película destaca por las excelentes actuaciones de Alec Baldwin, Geena Davis, una jovencísima Winona Ryder y, obvio, el alocado Michael Keaton.
Beetlejuice Beetlejuice es la esperada secuela que llegó a los cines más de 35 años después del original. La trama continúa con la familia Deetz, pero muchas cosas han cambiado. Para empezar, Lydia (Winona Ryder) ha crecido y ahora habla de fantasmas en la televisión. El padre (Jeffrey Jones) ha muerto, la madre (Catherine O'Hara) ya es una artista experimental y, además, hay una nueva integrante: la nieta/hija Astrid (Jenna Ortega). Con esta nueva dinámica, el cineasta Tim Burton vuelve a mostrar su estilo al máximo en la pantalla, siendo esta la película más Tim Burton desde Frankenweenie de 2012. Michael Keaton está excelente nuevamente como el demonio que atormenta a la familia Deetz y, ahora, se explora más el mundo de los muertos: tanto en términos de dinámica como de nuevos personajes. Es difícil, por ejemplo, no divertirse con el exagerado policía interpretado por Willem Dafoe o con el querido Bob. Es una película inofensiva, que se enreda un poco al final, sin saber bien qué narrativa seguir, pero que divierte por su honestidad: te hará reír, entretenerte y sentir una buena dosis de nostalgia.
Se trata de la primera en la larga lista de colaboraciones entre Tim Burton y Johnny Depp, y uno de los papeles más icónicos del actor. El joven manos de tijera (Edward Scissorhands) es una de sus más conocidas cintas, similar a un tierno cuento de hadas con una sátira ácida de la vida en los suburbios de Estados Unidos. Un verdadero clásico de los 90.
Cuarto largometraje del hoy legendario cineasta indie, Jim Jarmusch (Winona Ryder, Giancarlo Esposito, Roberto Benigni y la legendaria Gena Rowlands, entre otros) logran captar de sus personajes, plasmando vidas enteras en las que se desdibujan las líneas entre clientes y servidores, nativos e inmigrantes, pasajeros y conductores.
Si prefieres que las adaptaciones al cine se parezcan más a las novelas, ésta es una película para ti. Bajo la dirección de Francis Ford Coppola, genio detrás de El Padrino, la visión de Drácula de Bram Stoker cobra vida con una brillante actuación de Gary Oldman, en una producción imperdible que ganó el Oscar por Mejor vestuario, Mejor maquillaje y Mejor sonido.