Asesino serial (Strange Darling) es un thriller de crimen y terror que trata sobre la violenta persecución entre un hombre (Kyle Gallner) y una mujer (Willa Fitzgerald), luego de pasar la noche juntos. Presentada con estilizada fotografía en 35mm y una trama no lineal, la narración comienza a la mitad, haciéndonos sentir simpatía por la mujer perseguida. Sin embargo, saltando hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, la película revela poco a poco que la verdad no es tan sencilla. No podemos decir más sin arruinar la sorpresa, pero se trata de una película entretenida y estilizada con claras aspiraciones "tarantinescas". Sin embargo, la presentación de los acontecimientos puede ser un poco problemática y anticuada, y recomendamos tener esto en mente al momento de verla.
Quizá no exista película más decisiva en el cine sobre asesinos seriales que Psicosis (Psycho), el clásico de 1960 dirigido por Alfred Hitchcock. Desde los giros de trama a las pistas sutiles, hasta llegar a la revelación del asesino y de su perturbada psique, Hitchcock y Anthony Perkins definirían los cánones de esta clase de personajes en pantalla.
Dada la naturaleza de estas historias, las películas de asesinos seriales tienen cruces inevitables con el cine de terror, y sobre todo con el subgénero slasher. Excluyendo al tradición del giallo italiano, uno de los exponentes fundamentales y tempranos del slasher como lo conocemos hoy es La masacre de Texas de Tobe Hooper, una historia donde el énfasis está en la brutalidad en pantalla que en desentrañar un misterio o ahondar en la psique del asesino.
Del mismo modo, las películas de asesinos seriales se han mezclado con otros elementos que generan tensión, como las historias de supervivencia. Tal es el caso de Sangre fría (Cold Meat), un thriller canadiense donde la presencia del homicida se acentúa por una nevada inclemente y el aislamiento de las víctimas en la naturaleza.
Las películas de asesinos seriales pueden ser un entretenimiento hasta cierto punto "convencional" cuando se trata de historias ficticias, pero toman un giro siniestro cuando se basan en hechos. Y en la realidad, hay pocos homocidas más infames en la historia que Ted Bundy. En esta película, Zac Efron logra brindar una interpretación sincera y escalofriante en la que se invierten los roles: sabemos qué es lo que sucede, y vemos la fachada de Bundy desmoronarse poco a poco.