El terror, al menos en la apreciación de quien escribe, es más poderoso cuando opera para expresar las ansiedades contemporáneas, problemáticas sociales recurrentes traducidas como entes sobrenaturales o espirales de descenso hacia la locura. La descripción podría aplicarse a Huesera, largometraje debut de Michelle Garza Cervera que trata sobre Valeria (Natalia Solián), una joven mujer que resulta embarazada, motivo de felicidad para ella y su pareja. Sin embargo, conforme progresa su gestación –y sus ansiedades y presiones al respecto–, comienza a experimentar las apariciones de un ente extraño y violento, poco a poco cuestionándose si no está perdiendo la cabeza. Desde influencias tan variadas como Lee más en nuestra crítica de Huesera.
Existen infinidad de películas de terror. ¿Pero cuántas películas son sobre el terror mismo? Skinamarink: el despertar del mal, largometraje debut de Kyle Edward Ball, es una propuesta experimental minimalista en lo narrativo: dos niños despiertan a mitad de la noche, no pueden encontrar a su padre y descubren que todas las ventanas y puertas de la casa han desaparecido, por lo que deciden refugiarse en la sala con caricaturas en video y juguetes. Sin embargo, parece ser que hay algo en la oscuridad que los acecha. Con esa premisa tan escueta, Ball no se enfoca tanto en contarnos una historia sino en construir una atmósfera de miedo primigenio: la duda de que algo brutal e incomprensible se oculta en la oscuridad del armario, al terminar la escalera o debajo de la cama. Por eso mismo, Skinamarink puede parecer repetitiva y hasta cansada, así que el experimento no es del todo exitoso. Sin embargo, una cosa es cierta: es toda una experiencia que te hará volver a sentirte como un niño, acurrucado en tu cama preguntándote si eso que ves en la pared es sólo una pared, o un monstruo preparado para acabar contigo. Lee más en nuestra crítica completa de Skinamarink.
Con un ritmo mucho más cautivador que el de Lee más en nuestra crítica completa de Háblame.
La belleza de los monstruos –y del terror como género narrativo en general–, es que permite dar una forma concisa a nuestros miedos, por abstractos que sean. ¿Cómo expresar el miedo a la soledad, a no pertenecer cuando se vive en un país extraño, lejos de la cultura propia? Ahí radica el corazón de No lo abras (It Lives Inside). La trama sigue a Samidha (Megan Suri), una adolescente india-americana que vive con sus padres conservadores en un suburbio de California, y sólo quiere encajar. En su órbita está su antigua amiga, Tamira (Mohana Krishnan), quien se comporta de forma errática y lleva consigo un misterioso frasco vacío. Cuando en un arranque de enojo Sam rompe el frasco, libera un mítico demonio que pone en riesgo sus vidas. Aunque no es tan potente en sus momentos de terror, se trata de una película interesante por la manera en que adapta el folclor indio para retratar la experiencia de aislamiento y dislocación de quienes habitan lejos de su cultura nativa. Lee más en nuestra crítica completa.
Mezcla de thriller, terror y ciencia ficción que, en el mejor de los sentidos, recuerda a grandes películas de dichos géneros como Lee más en nuestra crítica completa.