La primera parte de la saga "La Muerte del Demonio" (conocida aquí como "Una Noche Alucinante") también es la película de estreno del legendario director Sam Raimi, más conocido posteriormente por su trilogía extremadamente popular de Hombre Araña. Hecho con un presupuesto mínimo para la época, y a pesar de tener un tono distante de lo que caracterizaría a sus dos secuelas, esta primera parte estableció las bases para el resto de la saga: una localización remota e inislada, el misterioso Necronomicon y el protagonista Ash Williams (Bruce Campbell) como el forzado a enfrentar posesiones demoníacas brutales. Aunque no sea tan divertido -o icónico- como el segundo, disfruta del mismo estatus cultuado como el resto de la trilogía original de Raimi, y su éxito marcó el nacimiento de una de las franquicias de terror más amadas.
A la vez una secuela y un remake (o “recuela”) de Evil Dead II) goza del mismo estatus como clásico de culto entre los fans del terror, e incluso es considerada como la versión superior. En esta entrega, seguimos una premisa casi idéntica: Ash Williams (Bruce Campbell), aislado en una cabaña remota y aislada en el bosque, debe repeler una horda de demonios hambrientos de carne humana invocados por el Necronomicón. Sólo que, esta vez, el director Sam Raimi opta por hacer una comedia de terror, y el resultado es un divertido delirio tanto en cuestión de humor como de violencia. Un clásico indispensable para los fans del género.
Para su tercera entrega en la saga de Evil Dead, el director Sam Raimi (eventualmente más famoso por su trilogía de su aclamada predecesora, más volcada hacia la comedia de aventuras que el terror, pero es una interesante entrada en la mitología de la saga creada por Raimi.
Señalada como una “reimaginación” de la segunda entrega es olvidada aquí, en favor de un subtexto sobre la adicción y las enfermedades mentales que funciona sorprendentemente bien en conjunto con un nivel de violencia extremo, quizá el más elevado de la franquicia. Si bien se aleja de lo visto en entregas anteriores en cuestión de tono, es una digna –y efectiva– adición a la icónica franquicia de terror.