El Exorcismo (The Exorcism) marca la segunda película del El Exorcista del Papa. Aquí, sin embargo, Crowe no es exactamente un exorcista, sino un actor que interpreta a ese tipo tan común de personaje en una película de terror. Marcado por retrasos en las grabaciones, interrumpidas durante la pandemia y retomadas cuatro años después, el largometraje intenta jugar con la metalingüística de la propuesta y la forma como los actores se relacionan con sus personajes, haciendo comentarios breves sobre cómo las historias que interpretan pueden entrar en sus propias vidas. Está lejos (¡muy lejos!) de ser una película perfecta, con un ritmo irregular y una falta de profundidad notable. Sin embargo, a pesar de todo el drama parental, divierte ver a Russell Crowe interpretando otra vez a este personaje que lucha contra demonios por ahí.
La premisa es sencilla: un grupo de amigos de la universidad están en una reunión Zoom atrapados en plena cuarentena (¿qué más hicimos todos durante la pandemia de COVID–19?). Ríen, se toman fotos, y se quejan del encierro forzado. Para salir de la rutina invitan a una médium para que los conecte con el más allá… lo que termina creando una atmósfera verdaderamente terrorífica. Aplausos para el director Rob Savage, su elenco y equipo improvisados por traernos algo tan fresco y extraño en este 2020. ‘Ten cuidado a quién llamas’ (mejor conocida por su título original, ‘Host’) tiene la virtud de ser todavía más aterradora que una verdadera reunión de trabajo por Zoom… y bromas aparte, se trata de una de las más gratas sorpresas del año.
Con un ritmo mucho más cautivador que el de Lee más en nuestra crítica completa de Háblame.
En la historia del cine de horror (y del cine en general), hay un antes y un después de El exorcista, basada en la novela de William Peter Blatty. Hizo historia por varios motivos, pues legitimó al género como algo más que entretenimiento barato, con grandes posibilidades artísticas. Fue la primera cinta del género en ser nominada al Oscar a mejor película (una de sus diez nominaciones), e impactó al público de su tiempo con escalofriantes escenas, cuyos efectos especiales resultan efectivos todavía en la actualidad. Si, además, eres fan de las películas sobre exorcismos y posesiones demoníacas, no hay otra más importante que ésta.
En lo que respecta al cine de terror sobrenatural “tradicional”, El conjuro (The Conjuring) está entre las producciones mejor logradas en la memoria reciente. La historia sigue a los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga), mientras investigan acontecimientos sobrenaturales en la casa de la familia Perron en Rhode Island, en 1971 (la historia está inspirada en un caso real). Incluso si no propone nada realmente original, el director James Wan echa mano de los recursos narrativos típicos del género y una tensión palpable y calculada para sacar increíbles sustos del público. La tecnología contemporánea de efectos especiales permite lograr algo genuinamente aterrador, que se aleja de lo visto en esta clase de películas en la década de los ochenta. Ha sido tan exitosa, que ha dado origen a dos secuelas y toda una gama de spin-offs que incluyen a la muñeca Annabelle y al personaje de La monja.