Basada en la novela gráfica homónima de Richard McGuire y dirigida por Robert Zemeckis (Forrest Gump). Para tales efectos –y en línea con la novela gráfica–, Zemeckis no mueve la cámara en ningún momento, por lo que estamos ante una película que depende de su montaje interno para contar sus historias. En vez de brindar una reflexión interesante sobre el tiempo y la brevedad de la vida humana, el director cae en un efectismo superficial y en exceso sentimental, recurriendo además a tecnología de rejuvenecimiento digital que intenta apelar a la nostalgia por los jóvenes Hank y Wright, pero sólo consigue distraer. No es tan disruptiva como otros trabajos de Zemeckis ni como la propia novela en que se basa, pero si quieres ver un curioso experimento o disfrutas del trabajo de sus protagonistas, te puede gustar.
El Nuevo Hollywood de finales de los sesenta y los setenta no puede entenderse sin Martin Scorsese, y el mejor ejemplo en su filmografía de la época es ‘Taxi Driver’. Con una estética influenciada por la Nueva Ola sa, un brutal guión existencialista de Paul Schrader y un Robert De Niro que se consagra como genio, esta es una película esencial de la época y en el repertorio de todo cinéfilo.