20 Días en Mariupol es una película impactante, por decir lo menos. Después de todo, el documental ganador del Oscar es el resultado de un trabajo arriesgado de Mstyslav Chernov, un periodista ucraniano que decidió quedarse en la ciudad que da nombre a la película incluso cuando los rusos ya estaban entrando con tanques por las calles. A partir de ahí, en un relato lleno de sangre y lágrimas, seguimos la grabación cruda de lo que sucedió en esos 20 días de asedio en Mariupol, con la narración muy personal de Chernov agregando detalles de los horrores de esta guerra. Es una película fuerte que exige compromiso del espectador y nos hace cuestionar muchas cosas, desde lo que impulsa una guerra hasta la ética del periodismo.
Hay películas que desdibujan las fronteras endebles entre el documental y la ficción, caminando la delgada línea conocida por algunos como "docuficción", lo que abre la puerta hacia territorios que no serían normalmente posibles en un género u otro por sí solo. En Mis cuatro hijas, la cineasta tunecina Kaouther Ben Hania (La bella y los perros) cuenta la historia de Olfa, una mujer que perdió a las dos mayores de sus cuatro hijas bajo circunstancias que poco a poco son esclarecidas. ¿Pero cómo lo cuenta? No desde las típicas convenciones del documental testimonial, sino que la directora introduce a la mezcla a actores profesionales –incluyendo a dos actrices en el lugar de las dos hijas– para interactuar con la mujer y las otras dos chicas, recrear recuerdos e incluso reflexionar sobre ellos. Este recurso abre la puerta a confrontaciones que revelan lo que se esconde en el núcleo familiar, marcado por la violencia patriarcal y el fundamentalismo islámico.
Del estudio creador de Sonido de libertad llega el documental Después de la muerte (After Death). Se trata de una colección tanto de especialistas como de sobrevivientes a experiencias cercanas a la muerte, que busca responder a la pregunta: ¿qué nos espera en el más allá? Las posibles respuestas son exploradas desde la cosmovisión cristiana, así que la disfrutarás si tienes afinidad a esta fe.
Frida es el largometraje debut como directora de Carla Gutiérrez, quien ha sido parte esencial como editora de los documentales Julia, entre otros. Premiado en el Festival de Sundance de 2024 (en el año del 70º aniversario luctuoso de la pintora), este documental construye su narración desde dos elementos fundamentales de Frida Kahlo como artista: la animación de sus pinturas más emblemáticas con sus propios escritos sobre su vida, narrados con voz de la actriz Fernanda Echevarría (y mezclados con fotografías de archivo). Si bien el resultado cae en cierto didactismo, también es, indiscutiblemente, uno de los retratos más auténticos de Frida Kahlo.
Presentado y premiado en el Festival de Sundance, Hijas (Daughters) es un documental con una temática singular –y profundamente emotiva. Sigue a un grupo de niñas afroamericanas cuyos padres están encarcelados, por lo que proponen realizar un baile escolar en la cárcel para poder compartirlo con ellos: una demostración de un programa realizado por el sistema penitenciario de Washington, DC. No se trata de un documental que profundiza en las vicisitudes del sistema penitenciario de Estados Unidos (como sí lo hace, por ejemplo, Enmienda XIII). Sin embargo, sí que revela sus repercusiones en familias fragmentadas, aunque también presenta una luz de esperanza para ellas. Eso sí: prepárate para llorar.