Dirigida por la aclamada directora Alice Winocour (Esperando a Míster Bojangles), una mujer que logra salir viva de uno de estos atentados. Sin embargo, meses después, no ha logrado recuperarse psicológicamente, y decide buscar a los otros sobrevivientes para reconstruir sus recuerdos de la fecha. Se trata de un retrato sensible –y ligeramente lacrimógeno– del luto y del trauma psicológico, y que permite entender cómo nuestras mentes –y las personas a nuestro alrededor– lidian con esta clase de situaciones.
Aún existen muchos tabúes y prejuicios alrededor de lo que “debería ser” la maternidad. A través de una historia sobre una mujer en sus 40 que inicia una relación romántica y se acerca a la pequeña hija de su pareja, Los hijos de otros despierta toda clase de preguntas sobre el tema: las dudas sobre iniciar una familia biológica propia, las implicaciones (y riesgo) de ser una figura materna para alguien más. Son cuestiones densas, pero la película las aborda con un saludable balance entre seriedad, humor y esperanza, todo ayudado por excelentes actuaciones, con mención especial para la siempre brillante Virginie Efira (Benedetta).
Camile y George escuchan su canción favorita "Mr. Bojangles" todos los días. En su departamento parisino, sólo parece haber lugar para la diversión, fiestas y amigos de ambos, además de compartir momentos increíbles con su hijo Gary, quien ira su relación. Cuando la vida del trío parece un sueño, la realidad golpea a Camile, cuya mente comienza a desmoronarse. Ahora, le corresponde a Gary y su padre mantenerla a salvo y defender la ilusión en la que han vivido hasta ahora. Esperando a míster Bojangles es una comedia alentadora que invita al espectador a no rendirse ante las adversidades. Dirigida por Régis Roinsard y protagonizada por un elenco que muestra una química envidiable en pantalla, con Virginie Efira (Benedetta) muy digna de mención.
Una comedia sa sobre una estilista (Benedetta) que, a sus 43 años, descubre que está gravemente enferma, por lo que se embarca en una búsqueda por el hijo que tuvo que abandonar cuando era adolescente, conociendo en el camino a otro par de personajes excéntricos: un depresivo y un ciego con un ímpetu arrollador. Ganadora de siete premios César (entre ellos Mejor película), Adiós, idiotas es divertida e hilarantemente desquiciada, incluso si es algo dispersa (es drama, sátira y farsa, todo a la vez). Para quienes busquen algo más conciso y sobrio, podría no ser la mejor opción. Sin embargo, quienes disfruten de la comedia absurda, ácida y por momentos violenta, sumada al innegable carisma protagónico de Efira, la van a pasar fenomenal.
Paul Verhoeven es un cineasta contestatario y provocador: desde la ciencia ficción de ‘RoboCop’, en la que cuestionó los límites de la tecnología dentro de las fuerzas policiales; pasando por el intenso drama bélico ‘La lista negra’, hasta llegar a películas más polémicas como ‘Showgirls’ y ‘Bajos instintos’. ‘Benedetta’, drama que causó furor a su paso por festivales de cine, cabe fácilmente en este último grupo. La trama, basada en hechos reales, cuenta la historia de la monja homónima (Virginie Efira) quien, en un convento durante el siglo XVII, comienza a tener visiones perturbadoras, todas ellas de trasfondo religioso, aunque también aparecen en sus sueños imágenes blasfemas. A partir de ello, su vida en el convento cae en una espiral de sexo y confusión identitaria. Verhoeven juega con todas las posibilidades de esa historia y, rápidamente, abraza la sátira para provocar a los más fieles y conservadores, con recursos que incluyen un dildo hecho con una escultura de la virgen. Además de Efira, magnética en escena, hay excelentes actuaciones de Charlotte Rampling y Daphne Patakia, que permiten al cineasta componer su escenario repleto de momentos provocadores.